4 Salmos usados para pedir hijo

Desde la antigüedad, la humanidad ha recurrido a la oración para pedir a Dios por todo tipo de necesidades y deseos. En el caso de las mujeres que desean tener hijos, existen varios salmos que se han usado para esta intención. A continuación, se presentan cuatro de ellos junto con una breve explicación de su significado.

El Salmo 113 dice: "Bendito el hombre que teme al Señor, que de todo corazón se deleita en sus mandamientos. Su descendencia será poderosa en la tierra; la generación de los justos será bendecida. Riquezas y honra estarán en su casa, y su justicia permanecerá para siempre. De la luz del Señor brotará en las tinieblas; él es compasivo, misericordioso y justo. Bueno es el Señor para los que esperan en él, para la alma que lo busca. Bueno es esperar en silencio la salvación del Señor."

Este salmo se usa para pedir un hijo porque habla de la bendición que recibirá la descendencia de aquellos que temen y sirven a Dios. Señala que estos hijos serán poderosos y ricos, y que su justicia permanecerá para siempre. Por último, el salmo ofrece esperanza y aliento a aquellas que lo recitan, ya que asegura que el Señor es bueno para aquellos que en Él confían.

El Salmo 127 dice: "Si el Señor no edifica la casa, en vano trabajan los que la construyen; si el Señor no guarda la ciudad, en vano vela la guardia. En vano madrugáis y veláis tarde, coméis en vano el pan de vuestro sudor. Dichosos aquellos cuyos fuertes son el Señor, cuyo gusto es el temor del Señor. Cuando salen, son bendecidos; cuando regresan, son bendecidos. Su esposa es como una vid frutal, sus hijos como renuevos de olivo a su mesa. Aquel que los bendice será bendecido, y aquel que los maldice será maldecido."

Este salmo se usa para pedir un hijo porque enfatiza la importancia de Dios en la vida de las personas. Asegura que aquellos que lo temen y sirven serán bendecidos en todo, incluyendo en el número de sus hijos. También señala que aquellos que maldicen a los hijos de los demás serán maldecidos, por lo que es una buena manera de proteger a los propios hijos de las malas energías.

El Salmo 128 dice: "Feliz el hombre que teme al Señor y anda en sus caminos. Comerás del trabajo de tus manos; serás feliz y te irá bien. Tu esposa será como una vid frutal en tu casa, tus hijos como renuevos de olivo a tu mesa. Así será bendecido el hombre que teme al Señor. De Sión saldrán la ley y la palabra del Señor de Jerusalén. Será gobernante en medio de sus enemigos. En el día de su angustia se acordará de este salmo. Y lo cantará con su voz."

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Este salmo se usa para pedir un hijo porque habla de la prosperidad y la felicidad que recibirán aquellos que temen y sirven a Dios. Señala que estos hijos serán una bendición, y que el hombre que los criará será bendecido. También ofrece esperanza y aliento a aquellas que lo recitan, ya que asegura que Dios estará con ellos en los momentos de angustia.

El Salmo 139 dice: "Señor, tú me has examinado y conocido. Sabes cuándo me siento y cuándo me levanto; disciernes de lejos mis pensamientos. Antes que hable yo sé lo que voy a decir, y tú ya lo has hecho. Me rodeas por detrás y por delante, y pones tu mano sobre mí. Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí, es elevado, y no puedo alcanzarlo. ¿A dónde me iré lejos de tu Espíritu? ¿A dónde huiré lejos de tu rostro? Si subiera al cielo, allí estás tú; si bajara al Seol, allí estás presente. Si tomará las alas del alba y volara hasta el extremo del mar, aun allí me guiará tu mano, y me sujetará tu diestra. Si dijera: «¡Ciertamente las tinieblas me cubrirán, y la luz alrededor de mí será como la noche!», aun las tinieblas no serán oscuras para ti, y la noche será tan clara como el día; las tinieblas y la luz son iguales a tus ojos. Tú formaste mis riñones, me tejiste en el vientre de mi madre. Te doy gracias porque me hiciste de manera maravillosa, admirables son tus obras; y mi alma lo sabe muy bien. No se me ocultó mi cuerpo, cuando fui formado en lo oculto, cuando fui tejido en lo más profundo de la tierra. Tú veías mis ojos cuando aún no existía, y en tu libro estaban escritas todas las partes de mí; fueron ordenadas cuando ni aún había una sola. ¡Qué profundos son tus pensamientos, oh Dios! ¡Cuán insondables son tus caminos! ¿Quién podrá comprender tus designios? ¿Quién podrá conocer tus pensamientos? ¿Quién podrá predecir tus obras? ¿Quién podrá impedirte que hagas lo que has planeado? Tú lo haces, oh Dios, y nadie puede evitarlo. Tú destinas al hombre para el Seol, y su mirada al infierno."

Este salmo se usa para pedir un hijo porque enfatiza la omnisciencia y el poder de Dios. Asegura que Dios conoce todos los pensamientos y acciones de las personas, y que nadie puede impedir lo que Él ha planeado. También ofrece esperanza y aliento a aquellas que lo recitan, ya que asegura que Dios estará con ellas en los momentos de angustia.

Índice de Contenido
  1. ¿Qué salmo es para pedir por los hijos?
  2. ¿Cuál es el santo protector de los hijos?
  3. ¿Cuál es el mejor salmo de proteccion?

¿Qué salmo es para pedir por los hijos?

Como padres, siempre estamos buscando la manera de proteger a nuestros hijos. A veces, parece que no hay nada que podamos hacer, pero podemos orar. La Biblia está llena de versículos que nos animan a orar por nuestros hijos. Aquí hay cinco de los mejores salmos para pedir por los hijos.

Salmo 121:1-2

Este salmo habla de la protección de Dios. Dice: "Levantaré mis ojos a los montes, ¿de dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene del Señor, que hizo los cielos y la tierra." Dios es el único que puede proteger a nuestros hijos de todos los peligros de este mundo. Podemos confiar en que él estará cuidando de ellos mientras oramos.

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Salmo 139:13-16

Este salmo habla de la forma en que Dios nos creó. Dice: "Tú me formaste en el vientre, me hiciste. Te alabo, porque soy maravillosamente hecho. Tus obras son maravillosas, y yo lo sé bien. Mi cuerpo no te es oculto, cuando me formaba en lo oculto, tejiéndome en lo más profundo de la tierra." Dios conoce a nuestros hijos mejor que nadie. Él los ha creado perfectos y únicos. Podemos orar para que nuestros hijos siempre se acuerden de que son amados por Dios.

Salmo 145:18-19

Este salmo habla de la bondad de Dios. Dice: "El Señor está cerca de todos los que lo invocan, de todos los que lo invocan de verdad. Cumplirá el deseo de los que lo temen, oirá sus clamores y los salvará." Dios escucha nuestras oraciones y nos ayuda cuando estamos en necesidad. Podemos orar para que nuestros hijos siempre recuerden que pueden acudir a Dios en cualquier momento.

Salmo 103:17-18

Este salmo habla de la misericordia de Dios. Dice: "El Señor es misericordioso y compasivo, lento para enojarse y lleno de amor. No guardará rencor para siempre, ni seguirá guardando enojo." Dios nos ama incondicionalmente, incluso cuando cometemos errores. Podemos orar para que nuestros hijos siempre recuerden que pueden acudir a Dios cuando necesiten perdón.

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Salmo 46:1-3

Este salmo habla de la protección de Dios. Dice: "Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza, un socorro siempre presente en las aflicciones. Por eso no tememos aunque la tierra se estremezca, aunque las montañas sean arrastradas al corazón del mar. Selah" Dios nos protegerá siempre, incluso en medio de las tempestades de la vida. Podemos orar para que nuestros hijos siempre recuerden que Dios está con ellos en todo momento.

¿Cuál es el santo protector de los hijos?

Desde tiempos inmemoriales, los seres humanos han buscado la protección de los dioses y de las fuerzas sobrenaturales. En muchas culturas, se cree que ciertos dioses o santos pueden proteger a las personas de los peligros y ayudar a lograr lo que se desea. En el mundo católico, hay muchos santos que se consideran protectores de diferentes grupos de personas. Por ejemplo, San Cristóbal es el santo protector de los niños.

La tradición dice que San Cristóbal nació en Capadocia, en el siglo III. Fue un niño muy fuerte y valiente, y cuando creció, se convirtió en un soldado romano. Pronto demostró su valentía en la batalla, y por eso fue nombrado comandante de una legión. Un día, Cristóbal estaba cruzando el río Éufrates cuando vio a un niño que no podía cruzar porque el agua era muy profunda. El niño le rogó a Cristóbal que lo ayudara, y el soldado lo levantó en sus brazos y lo cruzó el río.

Después de ese día, Cristóbal sintió que Dios lo llamaba a dejar el ejército y a dedicar su vida a Dios. Se convirtió en un cristiano y comenzó a predicar el Evangelio. También ayudó a muchos niños y pobres.

La tradición dice que un día, Cristóbal cruzó el Mediterráneo con un niño en sus brazos. El niño le dijo que no temiera, porque él lo protegería. Y así fue. Aunque el viento y las olas eran muy fuertes, Cristóbal logró cruzar el mar y llegar a la tierra prometida.

Desde entonces, San Cristóbal ha sido considerado el santo protector de los niños. Se le representa a menudo con un niño en los brazos, o cruzando un río con un niño a salvo en sus brazos. Se cree que San Cristóbal protege a los niños de los peligros, especialmente de los peligros del agua.

Si tienes un hijo, puedes pedirle a San Cristóbal que lo proteja. Puedes hacer una oración, o simplemente pedirle que te ayude a cuidar de tu hijo. También puedes pedirle a San Cristóbal que proteja a todos los niños del mundo.

¿Cuál es el mejor salmo de proteccion?

El Salmo 91 es uno de los más populares entre los cristianos, y por buenas razones. Como uno de los últimos salmos de protección, este versículo ofrece una promesa de que Dios estará con nosotros cuando estamos en peligro. Esto es especialmente reconfortante para aquellos que están pasando por un momento difícil o están luchando contra la adversidad.

Aunque todos los salmos son hermosos, el Salmo 91 se destaca por su belleza y su mensaje de esperanza. Como uno de los últimos salmos de protección, este versículo ofrece una promesa de que Dios estará con nosotros cuando estamos en peligro. Esto es especialmente reconfortante para aquellos que están pasando por un momento difícil o están luchando contra la adversidad.

El Salmo 91 nos asegura que Dios nos protegerá de nuestros enemigos, y que nos dará la fuerza y el coraje que necesitamos para superar cualquier obstáculo. Este es un versículo muy popular entre aquellos que sirven en las Fuerzas Armadas, ya que les da esperanza y protección en medio de la batalla.

El Salmo 91 también nos recuerda que Dios está con nosotros en los buenos y en los malos momentos. No importa lo que estemos pasando, podemos confiar en que Dios estará con nosotros y nos ayudará a superar todas las adversidades.

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