La autoestima es algo que todos queremos -y necesitamos-, pero puede ser un valor difícil de entender. Aunque el concepto de autoestima ha aumentado su popularidad en las últimas décadas, todavía no está del todo claro qué es ni cuál es la mejor manera de cultivarla. La autoestima no consiste sólo en sentirse bien con uno mismo. Es un indicador de nuestro nivel general de confianza, madurez y fiabilidad. Hay muchos aspectos diferentes en nuestra autoestima: la visión que tenemos de nosotros mismos como persona, la valoración positiva de nuestras capacidades, el grado de orgullo que tenemos por lo que somos e incluso el grado de influencia que sentimos que tenemos en el mundo que nos rodea. Aunque puede haber desacuerdo sobre la mejor manera de cultivar la autoestima, no hay duda de que cultivar la autoestima a través de Dios es una de las cosas más importantes que cualquiera puede hacer. En este artículo, veremos lo que dice la Biblia sobre el cultivo de la autoestima, para que puedas encontrar el equilibrio adecuado entre la confianza en tu valor y la humildad suficiente para saber que aún no lo tienes todo resuelto.
¿Qué dice la Biblia sobre la autoestima?
La autoestima es un valor importante y deseable para cada persona, pero no es algo que podamos decidir tener. Viene de dentro de cada persona a través del Espíritu Santo, y crece a través de los principios bíblicos. La Biblia enseña que el mayor regalo de Dios para nosotros es su Hijo, y que tenemos la capacidad de conocerlo a través de su imagen, que se encuentra en nosotros (Col. 1:27). Esto significa que tenemos un valor infinito porque estamos hechos a imagen de Dios y somos amados en la medida en que somos dignos de ser amados. Si comprendemos esto, desarrollaremos una sana autoestima y confianza en nuestras capacidades para tener un impacto positivo en el mundo.
¿Qué es y qué no es la autoestima?
La autoestima se confunde a menudo con el amor propio, pero son dos cosas muy diferentes. La autoestima es la forma en que nos valoramos como personas. El amor propio es la emoción que se siente hacia otra persona. El amor propio no es un valor bíblico y es algo con lo que la mayoría de la gente lucha. Los problemas en la autoestima de una persona pueden llevar a muchos otros problemas emocionales y de comportamiento, como la depresión y la ansiedad. La autoestima no es arrogancia y no es orgullo. Si bien la confianza es algo bueno, se convierte en un problema cuando nos falta humildad y tenemos un sentido de valor inflado. La autoestima es el equilibrio adecuado entre la modestia y la confianza, entre saber que tienes espacio para crecer y estar satisfecho con saber quién eres y tu valor.
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La autoestima es uno de los valores más importantes en nuestras vidas porque dicta muchos otros aspectos de nuestra vida. Afecta a nuestras relaciones con los demás, a nuestra confianza en nuestras capacidades, a nuestra actitud hacia el éxito y a nuestra motivación para alcanzar metas y encontrar el éxito. La forma en que nos valoramos a nosotros mismos influye enormemente en nuestro estado de ánimo, en nuestras relaciones y en los niveles de confianza en los demás. Las personas con una autoestima sana suelen hacer mejores amigos, tienen mejores relaciones con sus padres, experimentan menos depresión y son menos propensas a tener comportamientos de riesgo como el consumo de drogas o las relaciones sexuales sin protección.
¿Qué nos enseña la Palabra de Dios sobre la autoestima?
La Biblia nos enseña que la autoestima es algo que debemos cultivar mediante los principios de Dios. Dios es la parte más importante de nuestras vidas, pero nosotros no somos Dios y tenemos muchos defectos. Al cultivar una visión adecuada de nosotros mismos y saber quiénes somos en Cristo, podemos desarrollar una autoestima y una confianza saludables. - Dios nos valora - La Biblia dice que Dios nos creó con su propia imagen divina (Génesis 1:27), por lo que somos valiosos a sus ojos. Debemos considerarnos preciosos y dignos. - El amor de Dios es incondicional - Dios no ama a las personas por lo que son, sino por lo que Él es. Él no mira nuestros defectos y decepciones, sino que nos ve como valiosos y amados por lo que Él es. - Dios nos equipa - Dios nos ha dado la libertad de tomar nuestras propias decisiones y no está tomando decisiones por nosotros, sino que nos ha equipado con la capacidad de elegir correctamente. Debemos considerarnos responsables de nuestras elecciones. - Dios nos anima - Dios ha puesto dentro de nosotros el deseo de lograr grandes cosas (2 Cor. 10:9), y nos anima a levantarnos y hacerlas.
Conclusión
La autoestima es un valor valioso para cultivar en la vida. La Biblia enseña que necesitamos cultivar una visión adecuada de nosotros mismos, vernos como valiosos y vernos como amados por Dios. Al desarrollar una sana autoestima y confianza, podemos estar más motivados y tener más éxito en la vida. La clave es vernos a nosotros mismos como valiosos y dignos, cultivar un sentido de gratitud por quiénes somos y dónde estamos, y levantarnos y perseguir nuestros sueños.
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