La mundanidad es un término que se utiliza a menudo para asustar a la gente y hacer que trate al mundo con recelo. La mundanidad puede referirse a un interés excesivo o a la participación en las cosas de este mundo. Objetivamente hablando, esto no significa mucho ya que hay actividades seculares que la mayoría de la gente disfruta - películas, deportes y eventos sociales son algunos de ellos. Muchos cristianos de hoy en día han sido influenciados por las enseñanzas de John Eldredge, quien sostiene que nuestra búsqueda de los deseos mundanos ha llevado a una pérdida de significado y propósito en nuestras vidas. Por ello, nos hemos convertido en "personas ocupadas" que carecen de concentración y dedicación, hasta el punto de que no podemos estar seguros de que somos realmente salvos (1 Pedro 4:7-11). Para mantenerse en el camino, estos creyentes pueden desear una interpretación más estricta de lo que significa ser mundano. Aquí radica el peligro: renunciar al sentido común y despreciar la experiencia práctica puede dar lugar a conclusiones falsas sobre quién pertenece al Reino de Dios y quién no.
¿Qué es la mundanidad?
La mundanidad es un término que se utiliza a menudo para asustar a las personas y hacer que traten al mundo con recelo. La mundanidad puede referirse a un excesivo interés o participación en las cosas de este mundo. Objetivamente hablando, esto no significa mucho ya que hay actividades seculares que la mayoría de las personas disfrutan - películas, deportes y eventos sociales son algunos de ellos. Sin embargo, muchos cristianos de hoy en día han sido influenciados por las enseñanzas de John Eldredge, quien argumenta que nuestra búsqueda de los deseos mundanos ha llevado a una pérdida de significado y propósito en nuestras vidas. Como resultado, nos hemos convertido en "personas ocupadas" que carecen de enfoque y dedicación, hasta el punto de que no podemos estar seguros de que somos verdaderamente salvos (1 Pedro 4:7-11). Para mantenerse en el camino, estos creyentes pueden desear una interpretación más estricta de lo que significa ser mundano. Aquí radica el peligro: renunciar al sentido común y hacer caso omiso de la experiencia práctica puede llevar a conclusiones falsas sobre quién pertenece al Reino de Dios y quién no.
¿Qué dice la Biblia sobre la mundanidad?
El libro de 1 Tesalonicenses advierte a los cristianos de que eviten una vida de ajetreo que les lleve a descuidar a Dios: "Así pues, ¿no procuramos con empeño llevar una vida tranquila y apacible, y atender con diligencia al estudio y a la instrucción de la palabra de Dios? Pero no os alborotéis, ni os alteréis, ni os peleéis, ni os envidiéis, sino que alabéis a Dios en todas las cosas, grandes o pequeñas, para que prosperéis de una manera como de otra. Porque nosotros mismos fuimos en otro tiempo insensatos, desobedientes y descarriados, y ahora nos hemos convertido en siervos de Dios, siendo sumisos a él. Porque, ¿cuándo hemos visto a un hombre que no fuera egoísta? Y ahora vemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca se calle y todo el cuerpo se someta a Dios. Pero ahora se ha establecido al lado de Jesucristo un mediador del nuevo pacto, y si alguien no está satisfecho con el mediador del antiguo pacto, este mediador se complace en hacer el mediador del nuevo pacto. Se complace en hacer el mediador del nuevo pacto, está haciendo todas las cosas nuevas. Ahora bien, ¿por qué el actual mediador no hace también de mediador del antiguo pacto? ¿Y por qué hace al mediador del nuevo pacto? Para que ahora a través de la
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