Orar según la voluntad de Dios no es algo fácil. Después de todo, los humanos tenemos la tendencia a pensar que nuestras propias ideas y planes son los mejores. También tenemos la tendencia a orar de acuerdo con lo que queremos y necesitamos en lugar de lo que Dios tiene en mente. Pero Dios quiere que seamos más perspicaces en nuestras oraciones. Quiere que le hagamos preguntas y escuchemos atentamente sus respuestas. Quiere que pidamos cosas específicas sólo si es algo que nos acercará a Él y a su plan para nuestras vidas. Y definitivamente no quiere que le pidamos algo que ponga una tensión en nuestra relación con Él o que nos cause una ansiedad innecesaria, ya que eso es todo lo contrario de lo que Él quiere de nosotros como sus hijos. Aquí hay algunas maneras de saber si estás orando de acuerdo a la voluntad de Dios:
Reza según el tiempo de Dios
Esto no se puede enfatizar lo suficiente. Dios está a cargo de todo. Tiene un plan perfecto para cada uno de nosotros. Si tratamos de insertar nuestras propias ideas o planes en la mezcla, entonces estamos en problemas. Si pedimos algo que no está en línea con el tiempo de Dios, entonces seguramente obtendremos la respuesta que no queríamos escuchar. Dios nos conoce tan bien que puede vernos a través de las nubes. Él conoce el patrón de nuestros días y cuando estamos más débiles y vulnerables. Orar según el tiempo de Dios no significa ser pasivo o esperar que Dios haga todo el trabajo. Por el contrario, significa ser proactivo, confiar en sus promesas y trabajar junto a Él. En otras palabras, significa ser un socio, no un pasajero.
Hacer preguntas específicas y relevantes
Es muy fácil pensar que la energía y el tiempo que dedicamos a la oración deberían ser ilimitados. Sin embargo, esto está muy lejos de la realidad. Dios no tiene energía y tiempo ilimitados, y quiere que lo sepamos. Quiere ser nuestro mejor amigo, no nuestro jefe. Cuanto más nos parezcamos a un niño, más paz y tranquilidad tendremos en nuestras vidas. Por eso tenemos que ser específicos y hacer preguntas relevantes. Tomemos un escenario imaginario. Estás rezando por tu amigo, que está pasando por momentos difíciles. Quieres que encuentre un nuevo trabajo, que consiga un ascenso y que se mude a un lugar mejor. En tu corazón, quieres que pueda pagar sus deudas y empezar a ahorrar para el futuro. También te preocupa su salud, la relación con su hijo y sus finanzas. Supongamos que quieres que tu amigo pague su deuda. ¿Es una pregunta pertinente en su situación? Probablemente no. Probablemente no se esté preguntando por su dinero y sus finanzas. Orar según el tiempo de Dios no significa ser pasivo o esperar que Dios haga todo el trabajo. Por el contrario, significa ser proactivo, confiar en sus promesas y trabajar junto a Él. En otras palabras, significa ser un socio, no un pasajero.
Enumera los beneficios de lo que pides
Esta es probablemente la más fácil de todas. La mayoría de las oraciones no consisten en pedir cosas. Se trata de alabar y agradecer a Dios por lo que ya ha hecho y nos ha dado. Si no somos específicos y si no enumeramos los beneficios que vienen con lo que estamos pidiendo, entonces no estamos orando de acuerdo a la voluntad de Dios. Sólo nos estamos quejando de lo injusta que es la vida. Así que tomemos el ejemplo de tu amigo que está endeudado y pasando por momentos difíciles. Tú quieres que pueda pagar su deuda, pero también quieres que sea feliz. Quieres que esté tranquilo y que pueda centrarse en su hijo. También quieres que pueda invertir en su futuro. Y quieres que sea capaz de mantener a su familia. Si no enumeras estos beneficios, entonces sólo estás suplicando a Dios que haga algo que no está en línea con Él o en su plan para la vida de tu amigo.
Sé genuino en tus oraciones
Este consejo es similar al de hacer preguntas específicas y relevantes. Se trata de ser genuinos en nuestras oraciones. Si no somos genuinos en nuestras oraciones, entonces no estamos orando. Si sólo nos quejamos o nos quejamos, entonces no lo estamos haciendo. Si no pedimos algo que sea bueno para nosotros y que nos acerque a Dios, entonces no lo estamos haciendo. No somos seres humanos perfectos. Ni siquiera somos cristianos perfectos. Somos personas falibles y defectuosas que son propensas a cometer errores y a quedarse cortos la mayoría de las veces. Por eso Dios nos dio el libre albedrío. Él quiere que lo usemos sabiamente, pero también quiere que seamos sinceros y honestos en nuestras oraciones. No quiere que nuestras oraciones sean sólo una forma de queja.
Conclusión
Orar según la voluntad de Dios no es algo fácil de hacer. Después de todo, los humanos tenemos la tendencia a pensar que nuestras propias ideas y planes son los mejores. También tendemos a orar según lo que queremos y necesitamos en lugar de lo que Dios tiene en mente. Pero Dios quiere que seamos más perspicaces en nuestras oraciones. Quiere que le hagamos preguntas y escuchemos atentamente sus respuestas. Quiere que pidamos cosas específicas sólo si es algo que nos acercará a Él y a su plan para nuestras vidas. Y definitivamente no quiere que le pidamos algo que ponga una tensión en nuestra relación con Él o nos cause una ansiedad innecesaria, ya que eso es lo contrario de lo que Él quiere de nosotros como sus hijos. Depende de nosotros hacer el esfuerzo de conocer la diferencia entre la oración exigente, al grano y directa, y las oraciones prepotentes, ansiosas e inquietas. Lo mejor es pedir a Dios, en oración, su gracia y guía.
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